lunes, 28 de junio de 2010

DISERTACION EN LA UNSTA
Una perspectiva sobre legalidad y legitimidad política

La Gaceta, Martes 22 de Junio de 2010 Diserta en la Unsta el filósofo Sergio Castaño.
ACERCA DE LA POLITICA. Castaño reflexiona sobre el poder y sus límites. GENTILEZA SERGIO CASTAÑO
"La legalidad no se identifica con la legitimidad", asevera el doctor en Filosofía Sergio Castaño, en relación a la tensión permanente alrededor de esos dos términos.Doctor en Derecho Político, investigador del Conicet y Profesor titular de Derecho Político en la Universidad Fasta (sede Bariloche), el catedrático dará mañana y el jueves en la Unsta un curso de extensión sobre "La vigencia de los principios políticos de Santo Tomás frente a algunas interpretaciones actuales" . El viernes, el autor de "Defensa de la política" ; "Principios políticos para una teoría de la constitución" y "Los principios políticos de Santo Tomás en entredicho" (entre otras obras) disertará acerca de "La legitimidad política, entre justicia e ideología". Antes de su llegada a Tucumán, Castaño dialogó con LA GACETA.-¿Legalidad y legitimidad se identifican?- No se identifican. Hay allí una distinción canónica para los saberes políticos y jurídicos, y ampliamente justificada. Si se pretendiera identificarlas, se caería en la aceptación o convalidación de la voluntad del poder -que se expresa legalmente-, cualquiera fuese el contenido de la decisión ("legal") del poder. El fallo de la Suprema Corte de los EEEUU, "Scott vs. Stanford", era legal, dentro de un sistema paradigmático del Estado de Derecho constitucional moderno, pero le negaba condición personal plena a los negros .... Eso por sólo poner un ejemplo. El aborto "legal" es otro. Se trata de decisiones legales que ignoran los títulos (jurídicos -fundados directamente en la naturaleza del hombre-) de la persona humana para ser tratada como tal.- Pero una clave de la democracia es el respeto por las leyes...- Es cierto que la legalidad, excepción hecha de los casos en que la ley colisiona con principios primarios de racionalidad ético-jurídico-política -como los citados-, constituye un valor político peraltado. El ordenamiento jurídico expresa la voluntad pública de la sociedad política, el orden de la colaboración entre los grupos y los individuos, el medio insoslayable para alcanzar el bien común. El desconocimiento de la ley es un fenómeno social disolvente, tanto más si quien lo perpetra no es un particular sino un órgano político-jurídico, encargado de establecer y custodiar el derecho. Hay allí principios generales, válidos para todo tiempo y lugar. Y que dicen mucho en cualquier tiempo y lugar. Castaño anticipó que en su conferencia hablará de la legitimidad como legitimidad del poder, en la doble significación de: derecho (títulos) que el gobernante ostenta para ejercer la potestad política; y fines, obligaciones y límites del ejercicio del poder -en función del principio por el cual y para el cual la potestad política existe: el bien común político-. "Se trata de las dos grandes "partes" de la legitimidad política, a saber, a) legitimidad de origen y b) legitimidad de ejercicio", sintetizó el catedrático.

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